Te contamos los principales métodos de siembra que existen para que sepas por dónde empezar
Una de las principales dudas que asaltan al hortelano principiante cuando acaba de hacerse con su parcela es cómo sembrar. Y es que existen muchas y muy variadas formas de hacerlo, y la mejor opción dependerá de lo que vayamos a plantar, las necesidades de la planta, las dimensiones de la semilla, la climatología o el terreno del que dispongamos.
En el Hortal del Canal contamos con huertos variados, ya que nuestras hortelanas y hortelanos optan por diferentes métodos. Hoy te contamos cuáles son los principales para que puedas escoger el tuyo:
Protegida:
Consiste en colocar las semillas en lugares protegidos con el objetivo de que germinen y posteriormente poder transplantarlas.
Con este método logramos tener un mayor control del proceso y proteger las semillas de malas condiciones meteorológicas, aumentar probabilidades de germinación y proteger las plantas más delicadas.
Llevaremos a cabo la siembra protegida con recipientes, cubiertos o al aire libre. Por ejemplo macetas, envases, bandejas semilleros, bandejas con agujeros rellenas de sustrato, etc. Otra opción es en almácigas, rincones del huerto especialmente protegidos del mal clima y debidamente abonados con sustrato para semillero.
En línea:
Es la más conocida y común para la siembra en exteriores de hortalizas. Consiste simplemente en realizar un surco en línea en el que se colocan las semillas y posteriormente se cubren con tierra.
Según el tamaño de la semilla variará la profundidad del surco, aunque lo habitual es que tengan de 1 a 3 centímetros. Además, las semillas se colocarán más o menos juntas teniendo en cuenta el tamaño que tendrá la planta cuando crezca.
Puede ser a chorrillos o a golpes. En el primer caso –utilizado habitualmente para semillas pequeñas de cultivos como la acelga o la lechuga- se dejan caer las semillas de forma continua en el surco; en el segundo –utilizado para semillas más grandes de cultivos como habas o pepinos- se colocan unas pocas semillas en agujeros a intervalos regulares en el surco.
A voleo:
Como su nombre indica, consiste en lanzar un puñado de semillas –previamente mezcladas con tierra- “a voleo”, es decir, dispersarlas por el terreno intentando que queden lo más esparcidas posible, como si fuesen una lluvia fina. Después se cubren con tierra o compost y se riegan suavemente.
Al tresbolillo:
Con la siembra a tresbolillo organizaremos mejor el espacio de nuestras plantas, realizando hoyos en zigzag con un plantador. Por medio de cuerdas se determina en el terrero la distancia que las plantas deben tener entre sí, que con este método siempre una planta queda enfrente del punto medio de otras dos.